Precio del gas: ¡Alemania sin gas ruso! En los mercados los riesgos se concentran claramente a la baja, sobre todo si tenemos en cuenta la posibilidad de que Rusia corte el suministro de gas a la región

La eurozona se enfrenta a importantes retos en los próximos meses. Los principales indicadores de confianza siguen en junio en torno a los bajos niveles a los que cayeron en marzo, tras la invasión de Ucrania. Además, en junio algunas encuestas de opinión empiezan a apuntar a una ralentización del sector servicios que, hasta ahora, presentaba unas buenas perspectivas gracias al levantamiento de las restricciones por COVID y a la posibilidad del primer verano «normal» desde el estallido de la pandemia.
En este sentido, también preocupa el encarecimiento de los servicios, alertando de que la inflación se está trasladando de bienes al resto de componentes de la cesta: en junio, la inflación general alcanzó un 8,6% y la subyacente un 3,7%. De este modo, revisamos al alza nuestra previsión de inflación general: 0,7 p. p. hasta el 7,5% en el promedio de 2022 y 1,2 p. p., hasta el 3,4% en 2023. Este cóctel de elevada inflación con mayores tipos de interés explica la revisión a la baja de 1,3 p. p. del crecimiento previsto para la eurozona en 2023, hasta el 1,7%, tras un 2,9% previsto este año.
La inflación de julio en términos anuales llegó a 8.5%, dato menor al 9.1% de junio e incluso que el 8.516% de mayo, con esto se espera que la FED sea menos agresiva en su alza en tasas de interés y por lo mismo los mercados han reaccionado de manera optimista.. pic.twitter.com/pU8nFt27iL
— Iván Santiago (@ivan_santiagob) August 10, 2022
Por el momento, confiamos en que la eurozona evite la recesión gracias al dinamismo del mercado de trabajo, al ahorro acumulado durante la pandemia y a las medidas fiscales nacionales implementadas para compensar el aumento de inflación, si bien prácticamente se estancaría en el 4T 2022 y en el 1T 2023. Sin embargo, los riesgos se concentran claramente a la baja, sobre todo si tenemos en cuenta la posibilidad, nada desdeñable, de que Rusia corte el suministro de gas a la región.
Los países de la UE están acelerando el proceso de acumulación de inventarios de gas para tratar de cumplir con el objetivo de alcanzar el 90% de la capacidad máxima de almacenaje en noviembre (inferior al 60% a comienzos de julio). Alemania es una de las grandes afectadas por estos cortes, ya que el gas ruso representa más del 60% de su consumo total. Esto explica que el Gobierno alemán haya activado ya el segundo de los tres niveles de su plan nacional de emergencia energético e insta a la población a reducir su consumo de energía.
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