Presentamos el último análisis de Gilles Moëc, economista jefe en AXA Investment Managers, sobre las perspectivas macro en la eurozona y la estrategia del BCE. Según Moëc, "nos preocupan menos los riesgos de inflación en la zona euro que en Estados Unidos, precisamente porque esperamos un crecimiento mediocre en Europa. Desde un punto de vista normativo, esto nos haría simpatizar con el recorte de marzo...., pero desde un punto de vista predictivo, dadas las decisiones analíticas tomadas por el BCE, seguimos sin esperar ese movimiento antes de junio".
Gilles Moëc, economista jefe en AXA Investment Managers
Mientras que el mercado nos parece un poco demasiado entusiasta sobre la continuación de la rápida desinflación en los EE.UU., hay al menos un elemento que no hemos discutido y que podría fomentar una "desinflación casi indolora" en 2024, y es la productividad. En el tercer trimestre de 2023, la productividad por hora se situaba en EE.UU. un 5,3% por encima de su nivel anterior a la crisis de Covid, y tras una lenta recuperación en 2022, los avances se han acelerado en 2023. Esto ha permitido que los costes laborales unitarios empiecen a desacelerarse. Lamentablemente, nada de esto está ocurriendo en la zona euro, donde, por el contrario, la productividad en el verano del año pasado (último dato disponible) apenas superaba su nivel anterior a la crisis y ha empezado a descender de nuevo. Esto explica en gran parte el nerviosismo del BCE en cuanto a la trayectoria de la inflación en el futuro. De hecho, la zona euro se enfrenta a un doble problema: el crecimiento de los salarios sigue siendo muy robusto, y las características institucionales del mercado laboral europeo podrían hacerlo más propenso a un comportamiento prolongado de equiparación de precios y salarios, mientras que el descenso de la productividad aumentaría aún más la presión inflacionista al elevar los costes laborales unitarios incluso más deprisa que los salarios.
Aunque entendemos por qué el BCE está preocupado por el riesgo de una segunda ola de inflación impulsada por los costes laborales, hay una fuerza igual que puede jugar en la otra dirección: el impacto amortiguador de las mediocres condiciones del lado de la demanda sobre los beneficios. El BCE está más centrado en lo primero que en lo segundo porque espera una recuperación económica en algún momento de 2024. Nosotros somos más prudentes. Lo que queremos decir es que nos preocupan menos los riesgos de inflación en la zona euro que en Estados Unidos, precisamente porque esperamos un crecimiento mediocre en Europa. Desde un punto de vista normativo, esto nos haría simpatizar con el recorte de marzo...., pero desde un punto de vista predictivo, dadas las decisiones analíticas tomadas por el BCE, seguimos sin esperar ese movimiento antes de junio.
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