Los últimos datos refuerzan la intención del BCE de continuar subiendo los tipos de interés oficiales de forma agresiva. Varios miembros del Consejo de Gobierno apoyan el mantenimiento del ritmo de subidas en la próxima reunión

La persistencia y generalización de las presiones inflacionistas sugieren que la inflación se mantendrá elevada durante los próximos trimestres y, tal como apuntaba el BCE en sus previsiones publicadas el 8 de septiembre, es muy probable que no se cumpla el objetivo del 2% hasta, al menos, 2025. Del lado positivo, algunas señales apuntan a una leve mejora en indicadores globales de costes, como la menor congestión de los puertos marítimos, la moderación de los precios futuros de alimentos y energía o incluso los componentes de precios en algunas encuestas empresariales.
El ministro de finanzas hace malabares para tratar de demostrar que las ventas semestrales fueron un éxito y sumaron 120.000 millones de dólares. Mientras tanto el BCE ajusta el crecimiento del PIB 2022 a la baja. ¿Cómo se entiende esta magia?
— Econ. Marco Flores T. (@MARCOAFLOREST) October 2, 2022
Sin embargo, son signos incipientes y muy poco palpables todavía en la eurozona, por lo que el dato de hoy refuerza la intención del BCE de continuar subiendo los tipos de interés oficiales de forma agresiva para abandonar cuanto antes su postura acomodaticia y acercarse al terreno neutral, que ni estimula ni contrae el crecimiento. Una vez en este nivel, creemos que el BCE se mostraría más cauteloso en sus movimientos, si es que los hubiera, para valorar el impacto acumulado de las subidas de tipos realizadas desde julio.
En ese sentido, los discursos de varios miembros del Consejo de Gobierno a lo largo de esta semana han mostrado un apoyo generalizado para mantener el ritmo de subidas en la próxima reunión de octubre, tras los 75 p. b. aprobados en septiembre. Algunos miembros más halcones tampoco descartan la posibilidad de un ajuste más pronunciado, con vistas a alcanzar el nivel neutral antes de que finalice el año. También se ha puesto sobre la mesa la necesidad de iniciar un debate sobre la política de reinversiones de activos (quantitative tightening), si bien la presidenta Christine Lagarde indicó que esto se consideraría una vez finalizada la normalización de los tipos oficiales.