Hasta el momento de escribir estas líneas, el coronavirus se ha cobrado la vida de más de 322.000 personas y ha infectado a casi 5 millones en todo el mundo.
Poner en marcha una vacuna efectiva que termine con la propagación de la pandemia es en estos momentos el mayor reto de la Humanidad, al menos en la Historia moderna.
El mundo entero está pendiente de cada nueva noticia al respecto, cada nuevo avance, cada nuevo resultado, que nos haga sentir un poco más cerca de este ansiado fármaco.
Pero los expertos lo han dejado claro. Al menos hasta mediados de 2021 no habrá una vacuna.
No obstante, cada vez que alguna biotecnológica sugiere la posibilidad de tener listo su producto antes, las bolsas se disparan, con la esperanza del corto plazo. Tener la vacuna antes de final de año (2020) parece ser el reto de las farmacéuticas. Pero hay que tener cautela.
Cuando leo que la publicación STAT Media apunta que los resultados del primer ensayo de la estadounidense Moderna en humanos no son suficientes, recuerdo que hace no mucho otra farmacéutica, Gilead Sciences, sufría la misma ‘mala suerte’. La firma tuvo que desmentir el optimismo creado por un ranking de otra publicación médica, JAMA, que decía que su fármaco, Remdesivir, era el que más probabilidades de éxito tenía, al reconocer que los ensayos no estaban lo suficientemente avanzados.
Incluso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) filtraba que ese ranking se publicaba demasiado pronto y podría dar falsas esperanzas, ya que los resultados no eran concluyentes.
Las informaciones contradictorias, o lanzadas antes de tiempo, pueden hacer mucho daño, tanto a los mercados financieros, como a la economía y a las propias esperanzas de la Humanidad.
Es necesario ser pacientes. Confiemos en la investigación. Encontrar una vacuna, comprobar que es fiable al 100% y saber durante cuánto tiempo se mantendría la inmunidad es un gran reto, tanto a nivel sanitario como económico, ya que de la vacuna depende la recuperación de la economía mundial.
Y es urgente encontrar la fórmula que nos haga recuperar la actividad cuanto antes. El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que, como resultado de la pandemia, el PIB mundial caerá bruscamente un -3% este 2020.
Esta caída será el mayor descenso desde la Segunda Guerra Mundial y la mayor crisis económica desde la Gran Depresión de 1929. También alerta el FMI de que esta crisis será mucho más intensa que la vivida en 2008 con la quiebra de Lehman Brothers.
Ante esta situación, el mundo está inmerso en una carrera mundial para encontrar una vacuna. Pero, ojo, esta búsqueda no debe verse como otro tipo de ‘carrera’, entendiéndose este término para explicar qué país encuentra antes el fármaco milagroso y logra hacerse con la patente.
Todo lo contrario: la vacuna para frenar el coronavirus debe ser un bien común a nivel mundial.
La Unión Europea ha recaudado más de 7.300 millones de euros en un proyecto de cooperación internacional para investigar y encontrar un tratamiento.
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula Von Der Leyen, ha recordado que el objetivo no solo es encontrar la vacuna, sino también llevarla a todos los rincones del mundo, y a precios asequibles.
Por su parte, China también lleva tiempo investigando una posible vacuna. De los 21 proyectos en marcha, 5 productos han sido aprobados para ensayos clínicos.
El objetivo es tener un tratamiento en 2021 y, según ha asegurado el propio presidente Xi Jinping, esta vacuna será un bien común.
En Estados Unidos, La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) ya dio el visto bueno a Gilead Sciences y Moderna para avanzar en sus respectivos fármacos.
Y, por último, los 194 países miembros de la OMS han acordado que futuras vacunas contra la Covid-19 sean un bien común de la humanidad.
Por tanto, mientras llega el momento, confiemos en la I+D+i y tengamos paciencia. No nos dejemos llevar por resultados filtrados, comunicados antes de tiempo o como queramos llamarlo.
Hace 5 años, Bill Gates ya adelantaba que el mundo no estaba preparado para una pandemia mundial. Ahora, se muestra optimista sobre la vacuna.
El mundo encontrará la forma de vencer al coronavirus. O, al menos, de saber convivir con él. Y será a través de la innovación. Pero, mientras, tenemos que saber esperar y no morir en el intento.