Geopolítica, geopolítica y, de postre, geopolítica: La prosperidad económica y la transformación de las sociedades ligada de manera indiscutible a las revoluciones tecnológicas. Una estrategia que se desarrollará en numerosos frentes
La prosperidad económica y la transformación de las sociedades ha estado ligada de manera indiscutible a las revoluciones tecnológicas. En la actualidad, inmersos en la Cuarta Revolución Industrial y en medio de una intensa batalla geopolítica que, probablemente, desembocará en un mundo multipolar, las grandes economías deben decidir su estrategia de juego.
Una estrategia que se desarrollará en numerosos frentes y donde ya estamos viendo un destacado papel del sector público, incluso en aquellos países que durante décadas habían ejemplificado de forma más evidente el liberalismo económico, como EE. UU.
De hecho, hace pocos días, el Gobierno de Biden aumentó las restricciones a la compra de chips estadounidenses por parte de empresas o individuos chinos. La limitación al uso de tecnologías avanzadas es una vía eficaz para frenar la capacidad de crecimiento de otros países, como mínimo a corto plazo.
Y EE. UU. lo tiene claro, esta limitación tecnológica será una de las prácticas a seguir para coartar la relevancia geoestratégica de China, un país con un sistema político, social y económico marcadamente distinto al defendido por el mundo occidental.
Preocupación por la pymes: hasta 700.000 arrastran problemas de liquidez desde la pandemia:
Preocupación por la pymes: hasta 700.000 arrastran problemas de liquidez desde la pandemia https://t.co/VKXKJM1jKn
En Europa, la pandemia primero y la guerra de Ucrania después han puesto de relieve la gran dependencia que tenemos de las manufacturas chinas y de la energía rusa
Una dependencia que a toda costa se quiere reducir, y que ha comportado una ampliación de la política de «autonomía estratégica» o «soberanía estratégica» defendida por la UE más allá de los ámbitos de la seguridad y la defensa sobre los que versaba inicialmente.