El gasto de las familias se ha visto negativamente afectado por distintos factores. El incremento en el precio de materias primas y bienes intermedios continúa reduciendo el poder de compra de los hogares. De particular importancia ha sido el aumento tanto en el precio del combustible como en el de la electricidad. A esto se ha añadido, tras un período de contención entre 2020 y finales del 2021, un mayor traspaso a los precios finales de este repunte en el coste de producción en la medida en que las empresas han ido percibiendo que el encarecimiento de los insumos permanecerá más tiempo que el inicialmente advertido. Adicionalmente, los problemas de oferta continúan limitando la compra de automóviles.
Salario promedio
— Ramiro Castiñeira (@rcas1) August 7, 2022
???????? EEUU USD 4.000
???????? Argentina USD 300
Desempleo
???????? EEUU 3,5%
???????? Argentina 30,0%*
* 1 millón que informa el indec + 1 millón ocultos en empleo público +4 millones ocultos en planes sociales.
y después preguntan por que se van...
Por último, los hogares no están utilizando al ritmo previsto la riqueza acumulada durante el confinamiento para consumir
El incremento en la demanda que se observa en algunos servicios parece estar siendo compensado por un descenso en el gasto en otros bienes. Esto último sería el resultado del agotamiento del impulso que habrían tenido ciertos componentes de la cesta de consumo durante la pandemia. El ahorro, como porcentaje de la renta disponible, se mantiene alrededor de su promedio histórico. A este respecto, es posible que la incertidumbre sobre la evolución de la economía y el incremento de la inflación estén haciendo que los hogares retrasen algunas decisiones o incentivando la inversión en vivienda.
Persiste el bajo crecimiento de la productividad por trabajador
Durante los últimos meses, indicadores de empleo como la afiliación a la Seguridad Social avanzan a ritmos que en otras ocasiones han implicado tasas de crecimiento del PIB mayores. En parte, esto puede ser una consecuencia directa de la mayor creación de empleo en el sector servicios, tanto privados como públicos. El avance en actividades donde tradicionalmente el rendimiento del capital humano es menor explicaría esta evolución.
Otra posible razón está en la baja tasa de paro que se ha alcanzado, la más reducida desde septiembre de 2008
Conforme se reduce la disponibilidad de los trabajadores, es posible que la productividad de los que se vayan contratando sea menor que la de los que ya se encuentren empleados. Finalmente, tras la reforma laboral puede estar manteniéndose la creación de empleo pero con una menor intensidad de horas trabajadas. Una de las consecuencias de la reforma ha sido el incremento del porcentaje de contratos indefinidos y, particularmente, de los fijos discontinuos.
Uno de los riesgos asociados a esto último era una menor creación de empleo
Esto se ha producido tanto por imperativo legal como por un aumento en el coste de la contratación temporal, lo que, todo lo demás constante, ha elevado el coste de contratación en general. Uno de los riesgos asociados a esto último era una menor creación de empleo. Aunque el número de personas con trabajo continúa aumentando, la conversión de contratos temporales en fijos discontinuos puede estar reduciendo el número de horas trabajadas: desde 2007, los empleados temporales trabajan tres horas más a la semana, en promedio, que los fijos discontinuos. Esta relación se ha mantenido incluso durante el primer trimestre de este año, cuando el incremento del segundo tipo de contrato ha sido sobresaliente.
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