Que tire la primera piedra el que no quiera enriquecerse rápidamente. Estas ganas de ganar mucha pasta en muy poco tiempo es algo que todos llevamos dentro. Pero los que no sepan manejar este sentimiento probablemente no consigan alcanzar dicho sueño. Dicho esto ¿Existe una fórmula mágica para ganar dinero en bolsa?
Imagen de Peter Fischer en Pixabay
Casi todos nosotros devoramos libros, cursos, videos de YouTube, blogs y foros con la esperanza de encontrar alguna información que nos dé una ventaja sobre los demás participantes del mercado y así realizar nuestro sueño de enriquecernos rápidamente. Pero, a menudo, terminamos frustrados y lo único que conseguimos es perder dinero en nuestras inversiones.
Por esta razón, si tu objetivo es encontrar una fórmula mágica en cualquier fuente de información financiera para hacerte rico instantáneamente, te vas a decepcionar con este texto. O quizá no. Quizá te abra los ojos.
Pero, si quieres seguir indagando, analizando, leyendo y razonando con sentido crítico, conseguirás ir por buen camino y ganar dinero en bolsa. Eso sí: prepárate porque será un camino de trabajo duro, paciencia y aplicación del sentido común hasta conseguir ser un inversor superior a la media.
El mercado es caprichoso.
El mercado se mueve constantemente según las preferencias de los inversores participantes, principalmente por los grandes fondos y hedge funds, que representan aproximadamente 85% del valor del mercado. Los gestores de los fondos (cuyo objetivo común es ganar dinero en bolsa, no lo olvides) están siempre en contacto unos con otros. Son entrevistados por los mismos canales de comunicación, participan en reuniones en común, leen los mismos periódicos especializados y hablan con los mismos gestores de las empresas en que están invertidos. Al final, son ellos los que definen en qué dirección irá el mercado. Y dependiendo de las circunstancias, tenderán al pánico o a la codicia. Dos ejemplos sobre eso, en el pasado reciente, fueron las vertiginosas caídas y subidas del mercado americano en 2018 y 2020.
En muchas ocasiones ocurren hechos realmente curiosos. Probablemente muchos de vosotros los habréis visto. Por ejemplo:
El precio de la acción ABC está subiendo como un cohete. Cuando hacen público el resultado financiero del trimestre, la empresa bate las expectativas de los analistas con relación a los beneficios por acción y facturación. Genial, ¿no? Pero ¿qué pasa entonces? Pues como por arte de magia, el precio al día siguiente abre con un gap a la baja.
O, casos que estamos viendo ahora mismo: la empresa XYZ está facturando un 30% menos que el año anterior. “Bien, así la acción caerá un poco y podré ampliar posición.” Bueno, pues como los analistas pensaban que la facturación sería un 50% menor, y ha sido “solo” un 30% inferior, el precio se dispara al alza sin que podamos comprar las acciones al valor que deseábamos.
Estos dos ejemplos nos muestran que el mercado no sigue una lógica lineal como muchos esperan. Las decisiones de los gestores de fondos y especuladores están basadas en sus expectativas, y no simplemente en la lógica.
En los años 40 Garfield Drew dijo lo siguiente: “Stocks don’t sell for what they are worth but for what people think they are worth.” - Las acciones no se venden por lo que valen, sino por lo que la gente cree que valen.
Así, se puede explicar que cualquier activo financiero estará valorado de acuerdo con los temores, expectativas, pesimismo u optimismo sobre la situación actual. Sea este activo una commodity, acción, bonos o inmuebles.
Las emociones mueven el mercado
Síguenos en esta situación: Supongamos que la empresa ABC, hace pública una información relevante, como es el cambio de su CEO.
Probablemente esta noticia provoque un cambio fuerte en su precio ya que muchos inversores venderán sus acciones, pero, al mismo tiempo, otros muchos las comprarán. ¿Por qué?
Profundicemos:
Sabemos que en el mercado participan inversores de largo plazo que adoptan diferentes estrategias de inversión, inversores de medio plazo e incluso traders que no piensan en estar invertidos en la empresa mucho más de algunas semanas o incluso menos.
En este contexto, frente a dicha noticia relevante, cada tipo de inversor va a actuar de una manera diferente. Donde unos ven un riesgo, otros ven una oportunidad. Mientras unos estén desesperados por vender, otros lo estarán por comprar.
¿Qué pasa entonces? Que la dinámica de los precios de la acción cambia. El patrón ya no es el mismo que había anteriormente. Se produce un cambio de tendencia.
Y no solo eso, sino que los inversores a corto plazo tomarán sus decisiones de compraventa a un ritmo diferente que los inversores a largo plazo. Igual que los grandes inversores influirán más en dichas transacciones que los pequeños inversores. (Esto lo comentábamos en la entrada «Teoría de Warren Buffett y Charlie Munger ¿Me sirve de algo?»)
Una situación parecida la pueden causar las agencias o bancos que emiten sus informes indicando compra o venta de empresas en el mercado bursátil. ¿Cómo? Verás: muchos fondos de inversión (especialmente los fondos de pensiones) tienen políticas estrictas de inversión que deben seguir a rajatabla. Entonces, si ellos tienen en su cartera la empresa ABC y una de las grandes agencias calificadora cambia la calificación de la deuda de esa empresa a una calificación por debajo de la que el fondo tiene permitido invertir, este fondo tendrá que vender las acciones, aunque la empresa siga funcionando con normalidad, y probablemente el precio caerá en las bolsas.
De nuevo, problema para unos, oportunidad para otros. Posible cambio de tendencia. Volatilidad.
Y mientras pasa todo esto, los inversores que no han hecho sus deberes estarán perdidos sin entender por qué el precio ha cambiado de tendencia. Unos sentirán temor. Otros no la creerán, dirán que es “puro ruido”. Ambos esperarán que algún inversor famoso diga algo revelador, o que las noticias confirmen lo que ellos esperan de la empresa para decidirse. O buscaran algún gurú en internet que diga que su indicador técnico perfecto está ahora mismo dando la señal inequívoca de que es hora de comprar o vender la acción como si no hubiese un mañana…
Al final, la batalla psicológica del inversor consigo mismo es la más importante en su carrera. Pues tener un indicador técnico perfecto no es lo mismo que ponerlo en práctica y creer en sus señales cuando todo el mundo está haciendo lo opuesto a lo que marca el indicador.
Teoría vs práctica. Las emociones también juegan.
Las interferencias del mercado
Hemos mencionado que una noticia relevante puede causar un cambio de tendencia. Aviso a navegantes: ¡estas noticias las sueltan sin previo aviso!
Y ojo, no hay sólo noticias relevantes. También hemos mencionado el “ruido”, los inversores famosos, los gurús, los gestores de grandes fondos, los grandes analistas…
Pues cuidado, porque todos ellos tienen sus propios intereses ocultos. Las declaraciones de los grandes inversores o gurús también suelen ser altamente tendenciosas hacia sus objetivos propios.
Les importa su dinero, no el tuyo.
Si a un gestor de un fondo que tiene un porcentaje alto de su cartera en una empresa ABC y necesita que la acción suba, es muy probable que hable maravillas de la empresa, aunque luego cuando el precio llegue a su objetivo, él las venda. ¿A quién? A ti.
No es personal, son negocios.
Lo normal es que los gestores que están comprando o vendiendo una empresa (al precio que estiman oportuno) permanezcan callados para evitar alterar el precio en su contra. Un ejemplo es Warren Buffet. Cuando se sabe que él ha comprado o vendido alguna acción el precio se mueve sensiblemente. Y eso pasa con casi todos los grandes gurús de la inversión mundial. Hablan cuando ya han terminado su operación. Mientras tanto, calladitos, que están más guapos.
Conclusión: No existe fórmula mágica para ganar dinero en bolsa.
Lo sentimos, pero no. No existe fórmula mágica para ganar dinero en bolsa. ¿Cómo va a existir fórmula para un mercado caprichoso, influenciado por las emociones de los inversores y donde existen interferencias?
Demasiadas variables difíciles de controlar.
Además, la esperanza de obtener información 100% verídica sobre el mercado sólo por lo que diga un gran inversor es un riesgo muy alto como para asumirlo a la ligera. Hay que ser críticos.
¿Entonces? ¿Tiramos la toalla?
¡Para nada! Pero sé realista y marca tu rumbo.
Ante semejante escenario, lo que tenemos que hacer es conocer bien las reglas de juego, el tablero, los participantes… y fijar nuestro objetivo y nuestra estrategia. Saber qué fichas mover, cómo, cuándo y por qué de acuerdo a dicha estrategia.
Como inversores particulares debemos hacer nuestros deberes antes de invertir. Debemos entender que, si no confiamos plenamente en nuestro sistema de inversión, no podremos tomar decisiones con seguridad y convicción, y cualquier alteración en el mercado nos hará cambiar de idea y vender o comprar en el peor momento.
Ya lo dijimos en la entrada anterior (¿Vas empezar a invertir? Descubre cuál es el primer paso): Invertir sin estrategia es lo mismo que salir a navegar sin rumbo, las olas te irán dando bandazos llevándote a donde ellas quieran llevarte.
Y tú ¿Ya definiste tus objetivos? ¿Y tu estrategia?