En la vida, hay situaciones ante las que, por alguna circunstancia, reaccionamos con miedo o ansiedad, lo que hace que intentemos evitarlas.
¿Conoces La metáfora del león que tenía sed? Esta metáfora nos puede ayudar a valorar la importancia de la experiencia para superar nuestros temores:
“En una ocasión, un león se aproximó hasta un lago de aguas espejadas y cristalinas para calmar su sed. Al acercarse a las mismas vio su rostro reflejado en ellas y pensó:”¡Vaya, este lago debe ser de este león.Tengo que tener mucho cuidado con él!”.
Atemorizado se retiró de las aguas, pero tenía tanta sed que regresó . Allí estaba otra vez “el león”. ¿Qué hacer? La sed lo devoraba y no había otro lago cercano. Retrocedió, volvió a intentarlo y, al ver al “león”, abrió las fauces amenazadoras pero, al comprobar que el otro “león” hacía lo mismo, sintió terror.
Salió corriendo, pero ¡era tanta la sed!. Varias veces lo intentó de nuevo y siempre huía espantado. Pero como la sed era cada vez más intensa, tomó finalmente la decisión de beber el agua del lago sucediera lo que sucediera. Así lo hizo.Y, al meter la cabeza en las aguas, ¡el león desapareció!”.
¿Qué hubiera pasado si el león no hubiera metido su cabeza en el agua? Si el león no hubiera tomado esta decisión seguiría con su miedo e, incluso, se hubiera acrecentado y le hubiera creado un grave problema: hubiera muerto de sed. Lo que hizo que el miedo desapareciera fue exponerse a aquello que temía y lo hizo porque beber era importante para él. Cuando nos exponemos descubrimos a menudo “que no era para tanto”.
Esta metáfora nos enseña el mejor camino para superar temores y no estar enredado en ellos.