El FMI presenta su visión de transición al dinero digital
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Para seguir el ritmo de los retos políticos y cumplir su mandato, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aumentará sus recursos para facilitar la transición al dinero digital.
En el documento, el FMI expuso su visión de esta transición. Aborda cómo tratará de asociarse con otras organizaciones, como los bancos centrales, los reguladores y el Banco Mundial. Aunque no se ha publicado hasta esta semana, el FMI debatió en abril el documento con fecha de marzo.
Condiciones para los beneficios
El FMI comienza el documento hablando de algunos de los beneficios que ofrecen las monedas digitales. Algunas de ellas son la rapidez, facilidad y economía de las transacciones que ofrece la infraestructura digital. Además, su facilitación transfronteriza también podría fomentar la eficiencia y la inclusión.
Sin embargo, el documento ofrece algunas condiciones que considera necesarias para cosechar estos beneficios al tiempo que se gestionan adecuadamente los riesgos. “En primer lugar, las nuevas formas de dinero deben ser dignas de confianza”, afirma el documento. Con esto quiere decir que deben proteger a los consumidores, adherirse a un marco legal y apoyar la integridad financiera.
A continuación, el documento afirma que las nuevas formas de dinero deben reforzar la estabilidad económica y financiera nacional. Esto requeriría asociaciones público-privadas cuidadosamente diseñadas, una transición suave del papel de los bancos y una competencia justa. Además, el documento subraya que el dinero digital debe estar diseñado para apoyar la sostenibilidad del clima y una política fiscal eficiente.
Por último, “el dinero digital debe diseñarse, regularse y proporcionarse de forma que los países mantengan el control sobre la política monetaria, las condiciones financieras, la apertura de la cuenta de capital y los regímenes de cambio de divisas”. El documento añade que los sistemas de pago también deben estar cada vez más integrados, no aislados.
El objetivo del FMI
En última instancia, el documento determinó que el FMI debe supervisar y asesorar a todos sus Estados miembros en esta rápida transición a la economía digital. Para ello, ofreció cuatro competencias básicas. La primera es la adhesión casi universal. La segunda, centrarse en las políticas macrofinancieras y los efectos de contagio. En tercer lugar, una diversidad de conocimientos técnicos y, por último, unos vínculos únicos con los países miembros. Esto consistiría en la vigilancia y el desarrollo de capacidades a través de los bancos y los ministerios de finanzas.
Tal vez el FMI esté tratando de reevaluar su mandato con respecto a las criptomonedas a la luz de su creciente uso por parte de los Estados miembros. Por ejemplo, el 10 de junio, el FMI dijo que preveía una serie de “cuestiones macroeconómicas, financieras y legales” con la decisión de El Salvador de hacer del Bitcoin una moneda de curso legal.
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