Dominio de las criptos: ¿Nos estamos perdiendo el enfoque?

En ocasiones, cuando se analiza el comportamiento del entorno criptográfico, no faltan los “golpes de pecho”. Y eso no es del todo asombroso.
La valorización de los mercados globales de criptos, durante el 3er trimestre del 2021, ascendió a cerca de USD 3 billones. Hace un año era de "sólo" USD 474.000 millones. Esto supone un aumento del 582% en 12 meses. Si retrocedemos un año más, la tasa de evolución sería del 1.180%.
Por otro lado, cada año más gente se interesa por este mercado tan dinámico, las encuestas recientes revelan que casi 10 millones de personas hacen trading (sólo en Estados Unidos, más de un 10% está relacionado con inversiones sobre criptoactivos). Las plataformas de trading como Bitcoin prime proveen un ingreso seguro, con diversas opciones para invertir su dinero sobre criptos.
Son cifras realmente impresionantes, sin duda. No obstante, al establecer un contraste con las “finanzas heredadas” surge una amplia disparidad. El valor en circulación de los mercados mundiales de bonos, por ejemplo, aumentó a USD 123,5 billones en 2020 y la dimensión económica mundial de acciones ascendió a unos USD 105,8 billones. La cantidad total de dinero ahí fuera, excluyendo las criptos, es de unos USD 1,3 cuatrillones.
No hay que confundirse, Blockchain es uno de los desarrollos más extraordinarios de las finanzas mundiales. Pero hace falta una dosis de realismo, las heredadas hacen gran parte del “trabajo pesado” de forma adecuada, aunque algunos mensajes del sector cripto puedan hacer creer que el sistema está terriblemente roto.
Esta comunidad a veces se deja llevar por la hipérbole de la "revolución", pero no siempre es necesario reinventar la rueda. Tanto la tecnología asociada como las criptos, representan verdaderos hitos en los logros de la humanidad. Sin embargo, existen teorías que las consideran como “complementos importantes” y no como sustitutos completos del sistema heredado.
¿Cuál es la realidad sobre el uso de criptos en los desembolsos digitales? Hubo más de 700 mil millones de pagos digitales en sólo un año, con un valor total de operaciones en 2021 de USD 6,75 billones. De esos 700 mil millones de desembolsos, sólo 120 millones involucraron al BTC.
Si las monedas virtuales aún no dominan la escena financiera en términos de volúmenes totales, más que de titulares, ¿cuál ha sido la respuesta de la comunidad bancaria centralizada heredada?
Existen muchos planes e ideas importantes. Los bancos centrales de todo el mundo están emitiendo (o al menos hablan de emitir) sus propias monedas digitales. De hecho, 87 países (que representan un importe superior al 90% del PIB mundial) están explorando esa opción.
En mayo de 2020, sólo 35 países estaban considerando la posibilidad de emitir una CBDC. Hay pruebas de pagos transfronterizos en marcha, la más reciente es el “Proyecto Dunbar”, una asociación entre Sudáfrica, Singapur, Malasia y Australia. Sin embargo, hasta la fecha sólo siete países han lanzado plenamente una moneda digital. Nigeria es el último país en lanzarla, el primero fuera del Caribe.
En cuanto al sistema de pagos mundial, gigantes como Visa y Mastercard están experimentando con la aceptación de stablecoins en sus redes. En marzo, una de ellas anuncia que liquidará las operaciones en stablecoins denominadas en USD mediante sus carriles globales. Además, durante su llamada de ganancias en noviembre, el director general de Mastercard, reconoció que las criptos han experimentado un increíble crecimiento, confirmando que la compañía está centrada en ayudar a los usuarios a exponerse.
A pesar de ello, ninguna de estas ofertas o, de las que se planean, está todavía en funcionamiento. Si bien es cierto que hay una considerable "presencia de cripto" en los desembolsos de comercio electrónico, hay muy poco uso en los puntos de venta o en las transferencias directas P2P.
Es muy probable que los proveedores existentes, centralizados y convencionales, experimenten con aplicaciones de blockchain para desembolsos. No obstante, el entorno podría tardar en saber si este tipo de innovaciones son buenas para este segmento, sobre todo en las economías desarrolladas.
La ecuación es menos clara en las economías en desarrollo, donde podemos estar asistiendo a otro caso de "salto tecnológico". Al igual que muchos países en desarrollo, se saltaron la etapa de la infraestructura de telecomunicaciones fijas y pasaron directamente a las comunicaciones móviles.
Blockchain es la mejor tecnología sin gestión centralizada hasta la fecha. Cumple muy bien la función de descentralización, pero tiene algunas deficiencias en otras áreas. Si queremos ver un uso masivo de estas finanzas y las criptos, la verdadera pregunta que debe hacer la comunidad financiera es "¿Qué valor aportan estas innovaciones al consumidor, más allá de la moda?"
A pesar de todas las limitaciones actuales (que se están limando), la red actual es lo suficientemente buena como punto de partida para que todo el mundo se “descentralice”. Siempre y cuando se utilicen para casos apropiados (como los contratos inteligentes y la tokenización de activos) y no se adapten “a la fuerza” a sistemas heredados que no están descontinuados (por ahora).
En lo que respecta a los próximos 12 meses, es posible que la mayor tendencia sean los proyectos que intenten encontrar la mejor combinación de los dos mundos. Surgirán muchos servicios nuevos en los que se podrá comerciar en un mercado rápido, barato y centralizado, al tiempo que se mantendrá la custodia de las monedas (ya sea en su totalidad o, al menos, con una solución parcial de custodia de claves).
Este es el tipo de pasos que llevarán a las monedas virtuales, las aplicaciones sin gestión centralizadas y las DeFi a la vanguardia del ámbito financiero. Aunque esto no ocurrirá en 2022, el dominio de las criptos y su tecnología asociada está cada vez más cerca.