El horizonte temporal es el plazo de vida de una inversión. Puede ser de corto plazo (un día a 6 meses), mediano plazo (6 meses a 2 años) y largo plazo (más de 2 años).
Tener en claro el horizonte temporal de nuestra inversión resulta vital para evaluar su marcha y resultado.
En notas anteriores, presenté los argumentos por los cuales sostengo que las inversiones que se planifican para el corto plazo están, en su mayoría, destinadas al fracaso. La utopía de ganar dinero fácil y rápido es uno de los principales cantos de sirena que puede llevar a la ruina financiera a quienes sucumben ante las tentaciones.
7 criptomonedas para invertir en octubre de 2022:
7 criptomonedas para invertir en octubre de 2022https://t.co/WcdRrv98BG
— Criptoaldia (@criptoaldiacom) October 1, 2022
En la otra vereda están las inversiones de largo plazo, que requieren ser respetadas por el propio inversor que las inicia
Muchas veces el factor emocional juega en contra y la persona que invierte dinero en un activo sufre por las bajas momentáneas de precio, cuando en realidad se propuso no prestar atención a los vaivenes diarios y confiar en su elección concienzuda del activo elegido.
Claro que no suena muy divertido invertir y esperar años para cosechar lo sembrado
Más emocionante parece ponernos a comprar y vender todo el tiempo para ver si podemos atrapar un fuerte y repentino movimiento alcista (o bajista, si estamos jugando a la baja, estrategia que también desaliento) del mercado.
La adrenalina fluye por nuestro cuerpo y en foros, redes sociales y chats nos encontramos con otros traders que participan de la misma aventura y comentan todo el tiempo sus experiencias, pero si hay algo que aprendí con 25 años en el mercado financiero es que los buenos negocios son los aburridos y que para divertirnos hay un mundo entero lejos de las inversiones.
Comprar para invertir de largo plazo y vender a los 6 meses porque estamos 30% abajo y tememos que el activo que compramos siga cayendo de precio o comprar de corto plazo y quedarnos con esa inversión durante años para ver si, al menos, recuperamos el dinero invertido, son ejemplos claros de situaciones que no pueden ni deben pasarnos cuando tenemos nuestro horizonte temporal bien definido.