Los precios no dejan de crecer, lo que hace la vida cotidiana de los habitantes cada vez más difícil. Los vendedores no están seguros de cómo determinar los precios y los clientes se sienten perdidos frente a la dispersión de precios de los mismos productos.
Desde las elecciones primarias que tuvieron lugar el 11 de agosto, la recesión en Argentina ha ido intensificándose. El mismo mes el peso cayó un 26%, lo que originó un gran crecimiento de precios. En el mes de septiembre los precios subieron un 5,9% y continúan creciendo. Uno de los problemas que causan la confusión en el mercado es que las transacciones en Argentina se calculan teniendo en cuenta la paridad cambiaria con respecto con el dólar. En el resultado, los comerciantes prefieren subir los precios, porque no pueden estar seguros a qué precio podrán comprar los productos que venden.
Los habitantes de Argentina no tienen más remedio que buscar las oportunidades para comprar productos más baratos. Con este objetivo buscan en los supermercados productos que estén en oferta u optan por los de una calidad peor a los que normalmente solían elegir. Algunos admiten que pasan mucho tiempo leyendo etiquetas y comparando precios, o que tienen que hacer las compras en lugares que no les gustan.
Dentro de dos semanas tendrán lugar en Argentina las elecciones presidenciales, en los cuales se decidirá cuál de los líderes, Alberto Fernández o Mauricio Macri, dirigirá el país. Por ahora, faltan sondeos de opinión pública creíbles para poder poder determinar cuál de los candidatos tiene más probabilidad para ganar. Una de las razones de la falta de publicación de los resultados de las encuestas puede ser la discrepancia entre los sondeos anteriores a las elecciones primarias y los resultados posteriores. En cuanto a las elecciones presidenciales que vienen, algunas de los empresas de sondeo menos conocidas han publicado datos, según los cuales se pronostica la victoria de Fernández.
