Es muy probable que haya muchas más, pero de estas que te enumero, ¿te sientes identificado con alguna o con algunas?
1. No valoras suficientemente tu tiempo, tus conocimientos y te cuesta poner precio a tus servicios, servicios que muchas veces, minusvaloras. Si tú te valoras, lo demás te van a valorarán.
2. Te sientes mal cuando vendes, porque piensas que vender, en el fondo, es engañar de alguna manera al cliente y no te crees capaz de cobrar el valor que aportas.
3. El dinero no es importante. Así ,al no dar demasiada importancia al dinero, creo que mi trabajo será más espiritual y más valioso.
4. No te crees merecedor de tener dinero: en ocasiones, te resistes a cobrar, te cuesta cobrar. ¿No te parece curioso que empiezan a llegar a ti personas que no te pueden pagar?
5. Piensas que por ayudar a otros no está bien cobrar. Claro, la ayuda no se cobra. Faltaría más. Si no vendes, no tienes un negocio. No existe. Si no ganas, tienes simplemente un hobby.
6. Si tienes dinero, dejarás de ser bueno, espiritual, honrado… Lo has oído infinitas veces: “es mejor ser pobre, pero honrado”.
7. Piensas en el dinero como un medio que fomenta las desigualdades: «los ricos se hacen más ricos, los pobres se hacen más pobres, y la cases media sale de compras»
8. Crees que no eres digno de tener dinero, y no te ves capaz de ganarte la vida haciendo lo que te gusta. Muchos se meten en la rutina de su pensamiento. No creen que merecen prosperar, y que la prosperidad, nunca les llegará, que no es para ellos.
9. En el fondo, no te sientes valioso. Muchos no prosperan , no por su falta de capacidad ni por sus circunstancias, sino por lo que piensan o sienten acerca de sí mismo y por cómo se ven. Tu nivel de prosperidad lo determina en gran medida quién eres como persona.
10. Tienes mentalidad de escasez: Piensas que no hay dinero suficiente para todos. Nos tenemos que deshacer de esa ‘mentalidad de pastel’, que es una idea de que hay poca cantidad de dinero circulando.
Es fundamental no culpar al dinero, o a la falta del mismo, de nuestros problemas. No tenemos que culpar ni alabar al dinero, ya que éste es algo neutro, no es bueno ni es malo.
Tampoco es moral o inmoral. Y es nuestra actitud hacia él y el uso que le damos, más que lo que es éste en si, lo que determina sus efectos en nuestra vida.
