Paul Krugman analiza el impacto y el contexto de la huelga de los UAW: la importancia de revitalizar el poder sindical y expandirlo más allá de la manufactura

Paul Krugman, premiado con el Nobel de Economía, ha analizado la huelga de los United Auto Workers en el contexto de la evolución de la manufactura en EE. UU. Destaca la época dorada de los empleos manufactureros y el papel dominante de los sindicatos en asegurar condiciones laborales favorables. No obstante, con el declive sindical, los beneficios laborales se han visto mermados. Krugman argumenta que la solución no radica únicamente en resucitar la manufactura, sino en fortalecer el poder sindical en diversos sectores, especialmente considerando la transformación de América hacia una economía de servicios.
Paul Krugman, laureado con el Premio Nobel de Economía y profesor distinguido, ha compartido sus reflexiones acerca de la actual huelga de los United Auto Workers, situándola en el contexto más amplio del auge de la manufactura en EE. UU.
Desde una perspectiva histórica, Krugman resalta que, en la era de Franklin Roosevelt a Ronald Reagan, los empleos en manufactura eran considerados empleos de calidad. Los sindicatos tenían una gran influencia, facilitando la negociación de salarios justos y beneficios significativos para los trabajadores. Sin embargo, la pérdida de poder de los sindicatos condujo a una reducción de los salarios reales en dicho sector. Krugman sostiene que el mero resurgimiento de empleos en manufactura no resolverá los problemas estructurales subyacentes y que cualquier revitalización debe coincidir con la recuperación del poder negociador de los trabajadores.
El papel de los sindicatos ha sido crucial en la definición de la calidad de los empleos manufactureros. El análisis de Krugman está respaldado por un reciente estudio de 2022, que señala la pérdida de la prima salarial en la industria manufacturera, vinculándola en gran parte a la baja en sindicalización. Este estudio demuestra cómo la disminución del poder sindical ha afectado la habilidad de los trabajadores para negociar condiciones laborales y salarios más favorables.
La revitalización de los sindicatos no tiene por qué limitarse a la manufactura, según Krugman. Con la transformación de América en una economía de servicios, se esperaría que la sindicalización se expandiera a otros sectores, como ocurrió en los países nórdicos. Sin embargo, el cambio de América hacia sectores no manufactureros, en un ambiente político adverso a la organización sindical, ha limitado esta expansión. Por lo tanto, si los trabajadores automotrices logran avances significativos a raíz de su huelga, la lección a aprender es que podemos mejorar los empleos en general, ayudando a los trabajadores a negociar mejores condiciones, más que simplemente mejorar los empleos en el sector manufacturero.
Manufacturing jobs weren’t always great jobs in themselves. Unions made them that way, writes @PaulKrugman. https://t.co/7JsKMLPmNV
— New York Times Opinion (@nytopinion) September 22, 2023
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