El inminente cierre del gobierno de EE.UU. eleva el riesgo económico: ¿Qué impacto podría tener en la realidad financiera?

Presentamos el análisis de Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM, sobre el posible cierre temporal del Gobierno de EE.UU., que podría tener lugar desde el 1 de octubre.
Aunque el mercado se ha vuelto cada vez más insensible a lo que desgraciadamente se ha convertido en una característica recurrente de la política estadounidense, el impacto en la economía real no siempre es trivial. Una nota a menudo citada de la Oficina Presupuestaria del Congreso, no partidista, estimó el impacto del cierre parcial de 45 días entre diciembre de 2018 y enero de 2019 en un 0,1% del PIB en el cuarto trimestre de 2018 y en un 0,2% en el primer trimestre de 2019, pero se trata de un cómputo en términos no anualizados. Al anualizar -para escalarlo a cómo se presenta habitualmente el crecimiento del PIB en EEUU- el impacto parece mucho más significativo (0,4% en el 4T 2018 y 0,8% en el 1T 2019).
Apertura sin grandes movimientos. De fondo, avances en #China (#HangSeng +2,8%) ante buenas expectativas de consumo de cara a la festividad de la Golden Week y ante una posible reunión entre los líderes de #EEUU y #China ???? https://t.co/gjrJY63iE8 Vía @Renta4 #Mercados #Economía pic.twitter.com/mbyrr8UOYF
— Consenso del Mercado (@consensomercado) September 29, 2023
Es cierto que Morgan Stanley Research recordó recientemente a sus lectores que, históricamente, los cierres no han coincidido con contracciones del PIB y, en cualquier caso, a estas alturas es imposible saber si el cierre será tan largo como el anterior, pero aún así podría haber una desafortunada combinación en juego esta vez. Además del cierre, y más allá del impacto de la huelga en la industria automovilística, el PIB debería verse arrastrado aún más por el efecto adverso de la reanudación de los reembolsos de los préstamos a estudiantes, efectiva el 1 de octubre tras tres años de suspensión. Moody's Analytics ha estimado en un 0,2% el impacto sobre el PIB anualizado del cuarto trimestre, suponiendo que se produzca una cierta reducción del esfuerzo de ahorro. Una vez más, tomados aisladamente, ninguno de estos choques tendría realmente importancia.
Un aspecto secundario del cierre es que los principales institutos federales de estadística no podrán producir sus datos habituales, lo que podría dificultar aún más la próxima decisión de la Reserva Federal. Dada la situación de las condiciones monetarias, esta sería otra razón para ser prudentes y abstenerse de salir de la pausa actual".
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