La gerencia de Shell anunció el lunes por la noche su intención de salir de las empresas conjuntas con Gazprom. La petrolera también ha anunciado que retirará su parte del gasoducto Nord Stream 2, negándose a financiar la agresión de Putin. La Unión Europea debe reducir su dependencia del petróleo y el gas rusos lo antes posible. No deberíamo pagarle ni deberle nada a Putin.
Lo cierto es que estamos conmocionados y lamentamos la pérdida de personas en Ucrania. Este es el resultado de un acto de agresión militar sin sentido que amenaza la seguridad de Europa. Son las palabras que lleva haciendo públicas el fundador de Shell, Ben van Beurden, desde los inicios de la ivasión. Añade que “No podemos quedarnos al margen, y no lo haremos. Nuestro objetivo inmediato es la seguridad de nuestra gente en Ucrania y el apoyo a nuestra gente en Rusia. En discusiones con gobiernos de todo el mundo, también discutiremos las ramificaciones comerciales detalladas, incluida la importancia de asegurar el suministro de energía a Europa y otros mercados, en línea con las sanciones pertinentes”.
En el contexto de Nord Stream 2, Shell es una de las cinco empresas energéticas que se ha comprometido a proporcionar financiación para el gasoducto, cuyo coste de construcción es de casi 10 millones de euros. Por otro lado, BP se retira también de las acciones de Rosneft. El domingo por la noche, la empresa británica BP decidió retirar sus acciones de la rusa Rosneft. El gigante petrolero británico posee casi el 20% de acciones, de un valor de unos 14 mil millones de dólares. Todo ello se debe a que Rosneft es una empresa propiedad de Rusia en hasta 40%, estando dirigida por el oligarca Igor Sechin, ex viceprimer ministro y uno de los colaboradores más cercanos del presidente Vladimir Putin.